Hoy en día, los “representantes” de la política oficial y algunos “líderes de opinión” tienen su mira puesta en las elecciones intermedias que tendrán lugar en julio del año en curso. Particularmente, en la Ciudad de México han expresado su preocupación ante la evidente y creciente negativa de la ciudadanía a participar en los comicios electorales.
Desesperadamente, estos grupos políticos y comunicadores pretenden sensibilizar a la población y revertir su “perversa” disposición de “no participar en la democracia”. Muchas palabras como éstas se leen y escuchan: “no debemos anular el poder ciudadano; no debemos renunciar a una responsabilidad cívica; no podemos eliminar nuestro derecho a decidir; no podemos eliminar el valor del voto; no debemos cometer un suicidio político; no tenemos porqué auto excluirnos del sistema democrático fundamentado en el voto y además, que la anulación del voto debilitará la capacidad de decisión ciudadana”.
Estos discursos pretenden ser incluyentes, (aunque sea sólo en momentos de campaña) persuasivos y demostrar que las pretensiones de la ciudadanía (anular su voto) son apolíticas y no favorecen a la democracia.
Es importante ante estas premisas cuestionar ¿El ejercicio político de la ciudadanía debe estar supeditado sólo a los tiempos de la política oficial? ¿El individuo puede y debe ejercer su ciudadanía en tiempo y forma sólo cuándo y cómo lo establezcan las jornadas electorales? ¿El principio democrático en México sólo debe permitir que un individuo goce de su autonomía jurídica para decidir con un SI o NO y expresarlo a través de una X sobre una boleta oficial? Indudablemente para estas camarillas la respuesta es sí.
El principio democrático moderno pregonado por estos grupos sólo puede existir en una moral cívica que se expresa a través de la elección popular. Cerrando el espacio a toda acción-expresión política que no esté dentro de su oficialidad aún y cuando ésta proviene de la sociedad civil institucional o no institucionalizada, de movimientos sociales, de manifestaciones públicas, múltiples acciones colectivas, etc.
Además de cerrar las vías de participación reducen la política a una esfera oficial alejada de las problemáticas sociales, pero enmendada en peligrosos principios carismáticos. Los cuales se pueden traducir como una burla a la capacidad de razonamiento de la ciudadanía al delegar la política y su dirección a personajes de dudosa trayectoria en puestos públicos; Ana Gabriela Guevara, Lucia Moret, La “Chiva” de Big Brother, Lilia Aragón, Kahwuagi, supuestos líderes ambientalistas, Armando Manzanero y sus candidatos recomendados, etc.
¿Cómo podemos mantener pasividad ante una “política” que ha sido minimizada al límite de la locura llamada “democracia”? ¿Esos principios son algún indicio favorable para consolidar la anhelada democracia en México? ¿“El poder” que tenemos a través de las elecciones (decir SI o NO) es un poder otorgado a los que no tenemos más título para gobernar, hacer y reinventar la política?
Ante este escenario en donde la política y lo político están siendo eliminados han emergido acciones políticas autónomas a través de “Blogs” en internet (yo voto por quien quiera) como un intento de reinventar la acción política y lo político a través de una identidad red, que promueve como principio la Politeita platónica invertida: restablecer una política basada en la igualdad geométrica que pone a quienes “valen menos” por encima de los que “valen más”. Así como a eliminar el sobre consumo de los empleos estatales, ya que se alejan del principio democrático.
Es un espacio que invita a reflexionar sobre la estructura institucional, que de acuerdo a su desempeño ha generado incertidumbre, desconfianza y sobre el desgaste de la legitimidad democrática. La propuesta en este Blog es rehacer lo político a través de políticas no oficialistas, como la anulación del sufragio, ello como una protesta y alternativa política a lo antes expuesto. Lo cual también es política.
Desesperadamente, estos grupos políticos y comunicadores pretenden sensibilizar a la población y revertir su “perversa” disposición de “no participar en la democracia”. Muchas palabras como éstas se leen y escuchan: “no debemos anular el poder ciudadano; no debemos renunciar a una responsabilidad cívica; no podemos eliminar nuestro derecho a decidir; no podemos eliminar el valor del voto; no debemos cometer un suicidio político; no tenemos porqué auto excluirnos del sistema democrático fundamentado en el voto y además, que la anulación del voto debilitará la capacidad de decisión ciudadana”.
Estos discursos pretenden ser incluyentes, (aunque sea sólo en momentos de campaña) persuasivos y demostrar que las pretensiones de la ciudadanía (anular su voto) son apolíticas y no favorecen a la democracia.
Es importante ante estas premisas cuestionar ¿El ejercicio político de la ciudadanía debe estar supeditado sólo a los tiempos de la política oficial? ¿El individuo puede y debe ejercer su ciudadanía en tiempo y forma sólo cuándo y cómo lo establezcan las jornadas electorales? ¿El principio democrático en México sólo debe permitir que un individuo goce de su autonomía jurídica para decidir con un SI o NO y expresarlo a través de una X sobre una boleta oficial? Indudablemente para estas camarillas la respuesta es sí.
El principio democrático moderno pregonado por estos grupos sólo puede existir en una moral cívica que se expresa a través de la elección popular. Cerrando el espacio a toda acción-expresión política que no esté dentro de su oficialidad aún y cuando ésta proviene de la sociedad civil institucional o no institucionalizada, de movimientos sociales, de manifestaciones públicas, múltiples acciones colectivas, etc.
Además de cerrar las vías de participación reducen la política a una esfera oficial alejada de las problemáticas sociales, pero enmendada en peligrosos principios carismáticos. Los cuales se pueden traducir como una burla a la capacidad de razonamiento de la ciudadanía al delegar la política y su dirección a personajes de dudosa trayectoria en puestos públicos; Ana Gabriela Guevara, Lucia Moret, La “Chiva” de Big Brother, Lilia Aragón, Kahwuagi, supuestos líderes ambientalistas, Armando Manzanero y sus candidatos recomendados, etc.
¿Cómo podemos mantener pasividad ante una “política” que ha sido minimizada al límite de la locura llamada “democracia”? ¿Esos principios son algún indicio favorable para consolidar la anhelada democracia en México? ¿“El poder” que tenemos a través de las elecciones (decir SI o NO) es un poder otorgado a los que no tenemos más título para gobernar, hacer y reinventar la política?
Ante este escenario en donde la política y lo político están siendo eliminados han emergido acciones políticas autónomas a través de “Blogs” en internet (yo voto por quien quiera) como un intento de reinventar la acción política y lo político a través de una identidad red, que promueve como principio la Politeita platónica invertida: restablecer una política basada en la igualdad geométrica que pone a quienes “valen menos” por encima de los que “valen más”. Así como a eliminar el sobre consumo de los empleos estatales, ya que se alejan del principio democrático.
Es un espacio que invita a reflexionar sobre la estructura institucional, que de acuerdo a su desempeño ha generado incertidumbre, desconfianza y sobre el desgaste de la legitimidad democrática. La propuesta en este Blog es rehacer lo político a través de políticas no oficialistas, como la anulación del sufragio, ello como una protesta y alternativa política a lo antes expuesto. Lo cual también es política.
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